sábado, 15 de noviembre de 2008

CAPITULO XXI

Nada hace tan estimable a un príncipe como las grandes empresas y el ejemplo de raras virtudes.Pienso que el beneficio del príncipe el hallar medidas sorprendentes a lo que se refiere a la administración, el príncipe debe ingeniarse por parecer grande e ilustre en cada uno de sus actos, cuando el príncipe se declara valiente por una de las partes, se triunfa aquella a la que se une, aunque sea poderosa y él quede a su discreción, estarán unidos por un vínculo de reconocimiento y afecto; y los hombres nunca son tan malvados que, dando una prueba de ingratitud, lo juzguen; un príncipe nunca debe aliarse con otro más poderoso para atacar a terceros Creo que el príncipe se mostrará amante de la virtud y honrará a los que se distingan en las artes. Todas las ciudades están divididas en gremios o corporaciones a las cuales les conviene que el príncipe conceda su atención.

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