sábado, 15 de noviembre de 2008

CAPITULO XXVI

Pienso que no es asombroso que ninguno haya podido hacer lo que es de esperar que haga nuestra ilustre casa, ni es extraño que después de tantas revoluciones y revueltas guerreras parezca extinguido el valor militar de los soldados. Pero se debe a que la antigua organización militar no era buena y a que nadie ha sabido modificarla. Nada honra tanto a un hombre que se acaba de elevar al poder como las nuevas leyes y las nuevas instituciones ideadas por él, que si están bien cimentadas y llevan algo grande en sí misma, lo hace digno de respeto y admiración.

1 comentario:

El profe dice dijo...

Arturo:
Excelente trabajo, me gusto mucho, se ve que te esforzaste en hacerlo, continua asi, eres de los pocos alumnos que tienen un criterio de opinion y resposabilidad, llevando un equilibrio entre la responsabilidad y la diversion.
Calificacion 2 Puntos.